sábado, 3 de agosto de 2019

Redes oníricas

Entre redes impuestas enredamos nuestra piel con la esperanza del mañana. Como peces resignados damos pequeños coletazos sin más intención que el disfraz. Nos acostamos sin cerrar los ojos, nos arropamos y nos vendemos a nosotros mismos. Ayer no me hubiera comprado, hoy sí.

Cerramos al fin los ojos sabiendo que nos invadirá el terror de la autopresencia impuesta, el yo contra el yo. El de día y el de noche, ese y este. Los sueños aún están por llegar, pero mientras tanto las verdades nos acosan violando su propia intimidad, la mía y la tuya. ¿Te comprarías tú?.

El sueño baila con nuestros temores. Nosotros, por el contrario, permanecemos quietos y tensos, testigos de los versos que canta la conciencia. No es un sueño, es el sueño, ya que aquellos seguirán a este, y tal vez el dolor de huevos, los miedos, se suiciden en un cortocircuito.

Redes oníricas que reparan.

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