I
Entrelazamos
olvidos que deberíamos recordar, coserlos con nuestras memorias ciegas para
observar y encontrar la luz que nunca se debió apagar.
Ser quien seremos y no quien fuimos.
Deberíamos recoger los retales caídos por el camino para olvidar, abrazar
el ayer en una despedida mientras hundimos la mirada en un paso hacia adelante.
II
Cae el negro
en diminutas gotas de lluvia sobre la piel lacerándola de huellas rojas de luna.
En realidad, no dejamos de ser seres ingrávidos que se aferran a la vida
abrazando el dolor, pesado, denso, gris.
Soltemos lastre , que el viento sea nuestro destino.
III
La vida se
nos retuerce por recovecos del alma al crear un laberinto de destinos sin
definir. El abandono nos encuentra y ya no nos suelta, nos viste y nos desnuda;
nos encogemos y lo protegemos ante un abismo de redención.
El alma se nos retuerce por los recovecos de la vida.
IV
Sólo son
sombras que escapan en la oscuridad a protegerse de su propia soledad. Viven
bajo pieles corrientes entre el odio de los miedos, el murmullo de aguas rojas
rompiendo en orillas de barrio.
Corazones que laten, que ríen, que gritan, que se esconden y se encogen.
Corazones que aman.
V
Cada noche
reconstruimos lo que el día nos quitó dejándonos en el desconcierto. Vivimos
los sueños con ojos de perro azul sabiendo, sin ser conscientes de ello, que
como ya se escribió, no los recordaremos al despertar.
Y la mañana nada sabrá, ni de nosotros ni de quien vive en el espejo.
VI
Nos desbordamos de amor rebasando todas las barreras ajenas en una caída
libre sin red. Nos abrazamos, nos besamos, fornicamos y, exhaustos de verdad,
claudicamos con la piel en la sonrisa.
Somos red de carne y alma sin afán de atrapar, con ánimo de liberar. Ávidos
de tacto en nuestras almas, de dejar atrás la soledad para no volver más la
mirada.
Amamos.
VII
Y te dejas
llevar con el deseo vencido. La derrota es dulce, como el recuerdo, aún
sensible, que pervive en el aire quieto de tu cuerpo.
Te elevas sin dejar la gravedad en un momento de
eternidad donde el tiempo está ausente. Eres brisa, eres mar, eres hierba al
viento cálido del verano, orgasmo satisfecho