miércoles, 7 de agosto de 2019

My sweet prince


Noveno corte del segundo disco, Without You I'm Nothing,  de la banda inglesa Placebo. 

Es una de las canciones del álbum que está escrita desde el punto de vista de un ex amante dirigiéndose a mí. Una tragedia ocurrió en nuestras vidas cuando estábamos grabando este disco y de alguna manera tenía que salir. Es una canción sobre dos romances. Un romance con una persona y un romance con una sustancia (heroína) y ambos acabaron de una forma muy trágica. De ahí el estado de ánimo pesimista de la canción. Habla sobre temas muy dolorosos como son las drogas y el suicidio. Es una de las canciones más personales que he escrito.
Brian Molko (1998)

Trata sobre una chica. La relación entre Brian y ella estaba deteriorándose y “My Sweet Prince” fue lo último que ella escribió en el espejo de su baño después de separarse.
Stefan Olsdal (1999)

Fuente original: 
https://spanishplacebo.tumblr.com/

martes, 6 de agosto de 2019

Gaviota

Alma curtida a cuero y hebilla, mi pequeña criatura. Ruedas salvaje por los montes entre risas de eucalipto, con tus rodillas de infancia y el sol en la mirada. Son días de ligaduras de sangre y alas a batir, días a volar por la tierra y la hierba y olvidar.

Me desbordas de corazón, me abrumas con tu amor, me envuelves de devoción. Como lobos solitarios recorriendo sendas oscuras que sólo un corazón negro puede reconocer, dejamos libre a la mente divagar entre esquinas de cemento, llevada al viento por corrientes de deseos que tal vez nunca llegaran a fructificar, que tal vez simplemente tornaran en bloques de hielo derritiéndose ante la adversidad.

Te vistes con corazas de tormenta y te desnudas en el ojo del huracán. No hay aristas, ni esquinas que doblar, sólo un espejo inmenso en el que querer reflejarse; un espejo de verdades y honestidades, de entregas sin ataduras, de barco en puerto seguro, de certezas cristalinas y agua pura.

Y en el cruce, exhaustos de abrir caminos de soledad, nuestros ojos se reconocieron, las voces se enredaron en hiedras de emoción, nuestros corazones se dibujaron de tiza en la pared. Fuimos por primera vez.

Alma, mi alma, mi niña pequeña, me reconozco en tu piel generosa, me visto de tu amor, soy tu fiel creyente. Eres mi vida, tu alma herida, tu alma remendada, tu alma de gaviota.

lunes, 5 de agosto de 2019

Rojo

Las olas baten el rojo sobre las rocas grises, la espuma te envuelve y te desnuda al son de la marea. Llueve desconsoladamente sobre ti mientras aquí sentado, al borde del acantilado, lejos, te veo sin mirarte.

 Las rosas se mecen al ritmo de la respiración hiriendo con sus espinas el cuello lacerado. Aspiro el canto de la bruma y expiro sangre, acudo y huyo. Gotas de sangre que se escapan entre los dedos, pétalos al encuentro de la pérdida.

Y me desgarro de desolación y abandono mientras te vas a la deriva dejando ante ti el rastro de tu vida. Las olas baten el rojo entre cresta y cresta mientras aquí sentado, al borde de la locura, muy lejos, te escucho sin oírte.

El viento vestido de abismo tiñe la luz de negro y gris y el dolor se agarra a la garganta como si la vida le fuera en ello. Abro la boca desesperado, derrotado y vencido por el rojo de tu cuerpo roto, de tu vida ida en hilos de sangre que recorren las vetas blancas de la pizarra.

Te diluyes más y más dejando en la orilla el recuerdo de la vida, y arriba, aquí sentado lo abrazo mientras lloro el adiós.

Con mi voz te estoy llamando

sábado, 3 de agosto de 2019

A la luna

Los brillos recorren la ciudad al sonido del tacón. Noches frías, cuero caliente. Corremos tras un barco de asfalto ondeando la bandera de la desesperación. Reímos, bebemos, nos caemos y nos volvemos a levantar. La luna pone rostro a cada cara.

Nos ponemos una máscara sobre la máscara, ¿o nos la quitamos?, con el fin de reventar los eslabones que nos sujetan, ¿de verdad es eso?. ¿Quién es el amigo y quién el enemigo?. ¿Quién suelda la cadena o quien la rompe?. Mi cabeza es un griterío, un patio de voces, un corral de gallinas. Todos opinan y alguien decide. Pero, ¿quién?.

Suelos mojados resuenan tristeza en cada paso. Cada golpe de tacón me hunde un poco más en una soledad mísera. Cada baldosa conocida, cada garaje orinado son un recuerdo del lugar al que no he de volver jamás. Las voces dicen esto y aquello, pero cuando forman un coro su nota vibra con fuerza mostrando mi rostro en el espejo. Es la determinación.

Pienso que sólo existen las verdades propias. Nadie más puede escuchar todas las voces, sólo las que quieres mostrar.¿Qué voz decide cuáles se muestran a quién, y cuáles no?. ¿A quién le enseñamos el coro sabiendo que nos desnudamos?.

A la luna.

Redes oníricas

Entre redes impuestas enredamos nuestra piel con la esperanza del mañana. Como peces resignados damos pequeños coletazos sin más intención que el disfraz. Nos acostamos sin cerrar los ojos, nos arropamos y nos vendemos a nosotros mismos. Ayer no me hubiera comprado, hoy sí.

Cerramos al fin los ojos sabiendo que nos invadirá el terror de la autopresencia impuesta, el yo contra el yo. El de día y el de noche, ese y este. Los sueños aún están por llegar, pero mientras tanto las verdades nos acosan violando su propia intimidad, la mía y la tuya. ¿Te comprarías tú?.

El sueño baila con nuestros temores. Nosotros, por el contrario, permanecemos quietos y tensos, testigos de los versos que canta la conciencia. No es un sueño, es el sueño, ya que aquellos seguirán a este, y tal vez el dolor de huevos, los miedos, se suiciden en un cortocircuito.

Redes oníricas que reparan.