miércoles, 9 de febrero de 2022

Papira

La belleza tierna y abrumadora de dos océanos capaces de desarmar todas las resistencias, así eran tus ojos. Sentado en el Cantábrico sintiendo el sol cálido del atardecer de un verano sobre el muelle en tu luminosa sonrisa, brisa fresca en la mirada, capaces de conmover los corazones y reconfortarlos. 

 Te quise a primera vista y así ha sido siempre porque nunca dejaste de ser tus múltiples tú, tus razones, tus equívocos, tus grandezas y tus debilidades. Hay un aura inconsciente dentro de ti que se expande como las olas en el mar. Y me sumerjo en ella declarando una y otra vez mi amor por ti.

 Atrás has dejado la oscuridad, la frialdad del abandono, las preguntas. A cambio te llevaste una parte de mi vida, un tesoro que he perdido en dos mares. Y la vida sigue, pero hay días en que es menos, no hay atardeceres, no hay brisa, no hay Papiras.