domingo, 27 de enero de 2013

4.2.4.- Iluminación - Consiguiendo lo imposible

Basado en el libro Light - Science & Magic (Fil Hunter - Steven Biver - Paul Fuqua)

En ocasiones carecemos del espacio suficiente que las soluciones anteriores explicadas requieren como se muestra en la imagen. Ni podemos alejar la cámara lo suficiente para estrechar la familia de ángulos y ganar así espacio para colocar nuestra fuente de luz sin que produzca reflejos directos, ni podemos acercar más la cámara ya que eso implicaría un aumento de la familia de ángulos obligándonos a alejar más la fuente de luz sin posibilidad de espacio para ello.

El resultado en unas circunstancias tales es previsible tal y como se explicó anteriormente, un amplio destello sobre nuestra fotografía. La imagen de la izquierda lo muestra en toda la parte superior del encuadre.

La solución a esta situación "imposible" es recordar que dicho destello es una mezcla de reflejos difusos y directos, y que un filtro polarizador sobre nuestra lente puede eliminar los reflejos directos polarizados. La imagen central ilustra este concepto.

Como sabemos ya no todos los reflejos directos son polarizados, por lo que para asegurarnos de ello colocaremos un filtro polarizador sobre la fuente de luz, y lo haremos de tal manera que los ejes estén orientados hacia la cámara, asegurándonos así de que el reflejo directo sea polarizado.

Una vez creada la polarización la eliminaremos colocando un filtro polarizador sobre el objetivo y en un ángulo de 90º con respecto al filtro colocado en la fuente de luz, obteniendo el resultado mostrado en la tercera imagen. El resultado final puede que no sea satisfactorio al 100% pero sí más que aceptable.


37º2 Le Matin (escena quemando la casa)


Dirigida por Jean-Jacques Beineix, "37º2 Le Matin" o como fue más conocida en España "Betty Blue", es una de esas joyas escondidas y desconocidas del cine.

Protagonizada por Beatrice Dalle en el papel de Betty y por Jean-Hughes Angladeen el de Zorg, el director nos narra en un viaje maravilloso y dramático el descenso de la ingenuidad y vitalismo de su protagonista al infierno del trastorno de personalidad.

Entre ambos extremos somos presentes como espectadores del proceso de transformación de una historia de amor incondicional que comienza como una comedia con escenas muy divertidas, alguna con matices de humor negro, en u auténtico drama compulsivo.

Acompañadas de una banda sonora triste, evocativa y siempre memorable compuesta por Gabriel Yared, las interpretaciones de todo el reparto están a la altura del guión y la novela original (Philippe Dijan) consiguiendo que los 120 min de metraje se conviertan en 120 min de nuestra vida.

A este respecto decir que existe una versión posterior en DVD con el montaje del director, alargando su duración a las tres horas y que convierte esta joya en un pezaño infumable, largo, tedioso y profundamente aburrido.