miércoles, 6 de noviembre de 2019

Tus ojos son viento

Campos de minas minan los campos que recorremos. Al frente la certeza de la incertidumbre, y a ambos lados la oscuridad. Y tú, siempre tú, así que doy un paso y luego otro mientras yazco inmóvil con el miedo. El miedo en el frío cada vez más frío, en la luz blanca que todo lo baña sin dar calor, en el viento salvaje de tus ojos.

Soy brisa de mar en vientos de galerna, de destino incierto, con escaso movimiento y latido volátil. Me sumerjo en las profundidades de un mar de drogas al lomo de una sirena de ojos salvajes, porque el viento es salvaje y tus ojos son de sirena, son una droga.

Yazco inmóvil, apenas suspiro de vida, viendo como una toma cenital ríos de sangre que se bifurcan y se bifurcan, donde una barca avanza camino del embarcadero destrozado. Me siento extraño, protagonista de una película en la que soy el espectador. Me siento retina de tus vientos salvajes.

Eres tormenta de alta mar, olas que rompen con la fuerza del temor, del pánico, del horror. Eres viento, salvajes son tus ojos porque salvaje es el viento, y tú eres salvaje y eres viento. Rompes miedos con tu aliento que todo lo arrasa y te siento, me elevo y me dejo llevar.

Navego en una balsa, exhausto pero en paz, llevado por el viento salvaje. Porque salvaje es el viento y tus ojos son viento. Latidos de vida, viento salvaje.