lunes, 11 de julio de 2022

A solas

Me dejo llevar por la ingravidez, flotando en plena soledad y el tenue frío. A la deriva, con los ojos cerrados, escucho el sonido de mi respiración amplificada en la profundidad, se diría que soy un astronauta perdido en la inmensidad del espacio, entre la nada y la nada, un alma. 

Es un mundo frío en el que me sumerjo, un mundo de paz, de olvido; al capricho de las olas, me acoge con la seguridad de una mortaja. Tu tacto, salado, es el destello de las estrellas, la caricia que me desborda y me abandona, corriente líquida entre los pliegues de la piel.

 Me siento y me olvido perdido en murmullos de miles de gotas rozando la belleza de mi silencio, derramando palabras rotas apenas dichas.

A solas en esta lúcida oscuridad dejo de estar, soy.



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