domingo, 17 de julio de 2022

Pablo

Emergiste expulsado de un océano a la vida. Tú eras todo arruga; yo, el mundo por montera. Llanto de mal despertar; inmensa felicidad. 

Apenas pellejo, desnudo y frágil, diminuta criatura capaz de conquistar mundos con un ligero suspiro, derramar lágrimas de pura ternura y un amor y una dicha y una plenitud.

 Vives adherido a mi alma, simbiosis de sangre, fuente de vida. Respiras con mi corazón mientras te duermes y sin darte cuenta acompasas, sobre mi pecho, el calor con la vida.

Cierro los ojos en un suave abrazo y te siento hogar, destino final, droga a la que nunca renunciar. Eres mi hijo.



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