Hasta el momento se ha hablado de un único punto de reflexión sobre las superficies cuando la realidad es que cualquier superficie está formada por un número infinito de puntos. Un observador verá cada uno de estos puntos con un ángulo ligeramente distinto.
Esta familia es importante para los fotógrafos porque determina dónde deberían situarse las luces en función de si se desea que la fotografía muestre esa reflexión directa o no.
En la imagen adjunta se observa que cualquier fuente de luz situada dentro de la familia de ángulos mostrará la reflexión directa (no olvidemos que estamos hablando exclusivamente de superficies bien pulidas, cristal, agua....), lo que quedará grabado en nuestra fotografía.
Y al revés, cualquier fuente de luz situada fuera de la familia de ángulos no mostrará la reflexión directa a la cámara y nuestro objeto se mostrará oscuro en la fotografía.
En la primera imagen se ha utilizado una fuente de luz pequeña (un flash desnudo) por lo que ésta sólo cubre parte de la familia de ángulos. El resultado es que vemos en el espejo nada más que esa parte de la reflexión directa. Sin embargo, en la segunda imagen se ha utilizado una fuente de luz más grande (flash + paraguas) y la consecuencia es que, al cubrir toda la familia de ángulos la reflexión directa es visible en toda la superficie del espejo |
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