lunes, 16 de diciembre de 2019

Cuervos


Son días de cuervos negros como el rencor que vuelan a nuestro alrededor. Son días de piel áspera, días que recorren los rincones de nuestras almas, girando aquí y allá, revolviendo las entretelas del dolor, tira y afloja, miente y evita.

No hay risas ni alegría, ni siquiera llanto; sólo dolor seco, fertilidad traicionada, frío útero vacío. Sus alas vuelan bajo y graznan alto, miserables y cobardes, con plumas de desprecio e indiferencia.

Son días de espiral y vértigo inerte, días de inmovilidad como cuchilladas en el alma que rasgan y hieren, duelen y matan, y, sin embargo, no hay voz que clame al viento, que escupa el vuelo; sólo dolor seco, fertilidad traicionada, frío útero vacío.

Hay silencio y lágrimas secas que rompen sin derramarse, notas mudas en un piano de piedra fría que no dejas de escuchar y que te corroen por dentro, que te abruman y te anulan mientras tratas de amar a quien sólo sabe arrancar ojos ajenos.

Son días de ríos negros como el odio, cuyas aguas bajan salpicando sinrazón. Corrientes ácidas de las que beben cuervos, iras y desagradecimientos, que alimentan corazones podridos de bilis. Sólo queda dolor seco, fertilidad traicionada, frío útero vacío.

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