viernes, 29 de marzo de 2013

24 de agosto, 00:20

Han sido muchas noches de silencios ebrios, rotos por el retumbar de mis pisadas y la algarabía de la soledad. Una y otra vez perdido en el mismo camino, solo con mis pasos.

Noches de aceras mojadas en noches abandonadas; sueños secos y cortantes, gélidos como el aliento de un muerto; sueños que nunca eran. El mismo camino, noche tras noche, y el mismo destino, la soledad.

Hora de la muerte : al amanecer de cualquier día.

La situación sigue siendo la misma. Mientras sigo mi camino hacia la putrefacción, otros siguen el suyo, un puro carnaval desde la placenta. Ya sé que la justicia es ciega, pero ciega de cojones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario